Presentación

Los orígenes del estudio social de los desastres como campo de investigación se reconocen en estudios como los trabajos pioneros que realizó el geógrafo Gilberto White en los Estados Unidos a partir de la década del 40 (ver White, 1974). Sin embargo, es recién a partir de la década del 60 que se inicia una corriente sociológica propiamente dicha ligada a la investigación social de los desastres. En esta corriente destacan investigadores estadounidenses como Henry Quarantelli y Russell Dynes (Ver (Dynes, Quarantelli, Kreps, 1972), cuyas contribuciones relacionaron temas como el comportamiento colectivo y el análisis organizacional a la investigación sobre desastres. Puesto que las investigaciones mencionadas partieron de un enfoque propio de la sociología norteamericana y generalmente estudiaron situaciones empíricas también de los Estados Unidos es poco sorprendente que a pesar de un volumen relativamente significativo de trabajos publicados, éstos tuvieron poca difusión y menos aún influencia en las ciencias sociales en América Latina.

Por otro lado, partiendo no de un enfoque sociológico sino más bien de una preocupación por las relaciones entre desastres y vivienda, el arquitecto inglés Ian Davis escribió un libro influyente que por ser traducido y publicado al español fue uno de los primeros textos escritos sobre los desastres desde una perspectiva social distribuido en América Latina (Davis 1981). Lo siguió el trabajo del norteamericano Fred Cuny en 1983 el cual se inscribió en la misma línea (Cuny 1983). Ambos trabajos difieren de la producción de Dynes y Quarantelli por estar orientados a los funcionarios y planificadores responsables por programas de prevención y manejo de desastres más que a un público académico.

Una entrada alternativa a este campo de investigación se encuentra desarrollada en una serie de documentos publicados por Wisner, Westgate y O'Keefe, en la Universidad de Bradford, Inglaterra en los años 70 (ver Wisner, O'Keefe, Westgate 1977). Estos investigadores utilizaron una aproximación que partía del conflicto social tanto para examinar la evolución de la vulnerabilidad a desastre como para analizar las respuestas sociales e institucionales. Otro hito, de una significación muy grande pero insuficientamente valorizada, fue el libro publicado por Hewitt y otros en 1983, que representa en nuestra opinión el esfuerzo más importante realizado hasta el momento de globalizar una teoría social sobre los desastres naturales (Hewitt 1983).

En América Latina el estudio social de los desastres es un campo de investigación que hasta hace poco no había recibido atención por parte de investigadores de la región misma. Los terremotos de Huaraz, Perú (1970); Managua, Nicaragua (1972); y Guatemala (1976) fueron desastres de gran magnitud que provocaron investigaciones de su impacto y de la respuesta social e institucional. Sin embargo, sin desmerecer la importancia de estos estudios es menester señalar que fueron realizados generalmente por investigadores externos a la región. En general, sus resultados fueron publicados en inglés y nunca difundidos ampliamente en los países donde ocurrieron los desastres.

Es recién en la década del 80, con la ocurrencia de nuevos desastres de gran magnitud (las inundaciones y sequías asociadas al Fenómeno del Niño que afectaron a muchos países del América del Sur en 1982 y 1983, el terremoto de Popayán, Colombia, en 1983, el desastre de Armero, Colombia, en 1985 y el terremoto de México en el mismo año, para citar sólo algunos), que muchas instituciones de investigación y centros de promoción del desarrollo se vieron obligados a interpretar e investigar la nueva realidad en que se encontraron envueltos. Se inició una serie de investigaciones parciales en Argentina, Brasil, Perú, Colombia, México, América Central y otras países que resultaron a su vez en las primeras publicaciones sobre el tema en la región, entre las cuales se debe resaltar la colección de estudios de caso publicada por CLACSO en 1985 (Caputo, Hardoy, Herzer 1985).

Sin embargo, el impacto de estas investigaciones ha sido restringido por varios factores. En primer lugar, el estudio social de los desastres se ha desarrollado como un campo marginal en comparación con la investigación realizada desde las ciencias naturales e ingenieriles, que cuenta con un grado relativamante alto de institucionalización, centros de investigación especializados y acceso a fuentes de financiamiento. En segundo lugar, otros factores como el aislamiento de los mismos investigadores sociales, el no acceso a bibliografía especializada, la poca difusión de las publicaciones realizadas y la ausencia de estructuras institucionales adecuadas han contribuido a que sean muy pocos los investigadores que han logrado una inserción académica o profesional estable en este campo.

Es para hacer frente a esta realidad que en agosto de 1992 se reunieron representantes de diez instituciones, dedicados a la promoción de un enfoque social hacia el estudio de los desastres, con el fin de constituir una red de colaboración interinstitucional e interdisciplinaria: la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED). Entre los objetivos de LA RED (La Red 1993) se encuentra la promoción de la investigación comparativa sobre la prevención y el manejo de desastres en América Latina, el establecimiento de canales de comunicación entre los investigadores sociales hasta ahora dispersos y la amplia difusión de los resultados de las investigaciones realizadas en la región. Una de las primeras tareas que se fijó fue la preparación de una publicación que permitiera presentar en corto tiempo una serie de documentos trabajados por investigadores de LA RED y que no han gozado de una difusión adecuada en la región.

Es en este contexto que hemos seleccionado los trabajos que se incluyen en este libro. La presente colección consiste de documentos producidos en Perú, Colombia, Costa Rica y México en diferentes momentos durante los últimos diez años. Algunos son completamente inéditos, otros aparecieron originalmente como separatas y otros ya fueron publicados pero en ediciones locales que no se conocen en toda la región. Cada uno de los trabajos parte de distintas perspectivas y enfoques y comparten como eje común una exploración conceptual y metodológica del mundo de los desastres en América Latina desde una perspectiva social.

El libro no pretende dar cuenta de la totalidad de la investigación social sobre los desastres realizada en América Latina, sino dar testimonio de los distintos momentos de la construcción aún no acabada de un marco conceptual y metodológico propio de la región. Este proceso lo hemos intentado captar en el orden de presentación de los textos, que no es ni cronológico ni por país de origen. En estos trabajos se ve tanto los esfuerzos de los distintos investigadores de ensamblar elementos conceptuales capaces de interpretar las relaciones complejas entre sociedad y desastres que se producen en la región como una evolución significativa en la complejidad y sofisticación de los conceptos presentados.

Desde LA RED es nuestra esperanza que con la publicación y amplia difusión de estos documentos bajo un solo tapete estemos poniendo a disposición de los investigadores no sólo de adentro sino también de afuera de la región un material de referencia invalorable hasta hoy no reunido y difícil de obtener, y de esta forma promover nuevos esfuerzos en el estudio social de los desastres. Con este paso esperamos contribuir a superar el aislamiento y lograr la retroalimentación de ideas, que es la base de cualquier proceso significativo de investigación social.